Aconteceres: Habilidad para responder
Escrito por Radio Mejor el 23 de mayo de 2024
Por María de Bernal
Hay en nuestro riquísimo idioma español, una infinidad de palabras compuestas con significados que muchas veces no conocemos y que suelen sorprendernos en más de alguna ocasión. Una de mis palabras favoritas viene del latín, como muchísimas más, y significa, por un lado, habilidad que se refiere a la destreza o la aptitud para ejecutar una acción determinada; y, por el otro, se refiere a responder, que es contestar a alguna pregunta o cuestión de alguien, o a satisfacer una necesidad expresada por alguien o por alguna circunstancia, o a avalar a alguien en algún momento de urgencia. Estoy hablando de la palabra “responsabilidad”, de la que podríamos hablar muchísimo, porque se aplica a muy diversas circunstancias de la vida cotidiana.
¿Y a qué podemos responder? A la llamada de otro, por ejemplo. Este “otro” que nos llama desde el “tú” de un semejante o el “nosotros” de los demás, desde la naturaleza, desde nuestra propia conciencia, desde Dios.
En estos tiempos electorales, ser responsables significa cumplir a cabalidad con el deber de ciudadanos honrados, conscientes y responsables de su compromiso con la patria. Es la respuesta a la llamada de la Patria, vaya.
Somos responsables cuando escuchamos la voz de la conciencia, que nos empuja a hacer el bien y evitar el mal, haciéndonos conscientes de nuestros deberes, derechos y obligaciones a los que respondemos con honestidad y prontitud.
Un significado muy común para esta palabra es el saber asumir la consecuencia de las propias acciones, saber decir “me equivoqué”, si es el caso, pedir perdón y reparar el daño, si hiciera falta. Un irresponsable culpa a otros de sus fallas, errores, y desgracias. Sin embargo, no es así. Encontré una frase que me encantó que dice: “si quieres encontrar un culpable, mírate al espejo”.
Sabemos responder a la voz que nos invita a involucrarnos con los más necesitados y atender a sus necesidades más apremiantes, haciéndonos solidarios y fraternos. El irresponsable es el típico que pudiendo responder, no lo hace y dice “no me toca”
También podemos responder a la realidad que nos habla de nuestra propia dignidad, de esa dimensión de cada ser humano que lo hace intocable, inviolable y defenderla así, empezando por la vida misma y las condiciones necesarias para una vida digna de ser llamada humana.
Podemos lamentar el que haya personas que se degradan a sí mismas y a los demás, lastimando profundamente su propia dignidad, su propio ser humano. Irresponsables, al fin.
Tenemos que decir que esta maravillosa capacidad humana no limita la libertad, por el contrario, quien es responsable actúa conforme a su ser personal y su libertad se ve plenamente realizada justamente por el ejercicio de la responsabilidad. Es más, una persona responsable reconoce lo que el papa Francisco llamó la “dignidad infinita” de su ser y actúa en consonancia con ella. El pobre irresponsable suele caer en la vileza, la grosería, la ruindad, la bajeza. No se aprecia a sí mismo.
Dicho de otra manera, podemos decir que a través del ejercicio de esto que llamamos responsabilidad, cada persona toma conciencia de su ser libre y alcanza la madurez que la lleva a ser lo que conocemos como una “magnífica persona”, porque una persona responsable es aquella capaz de responder a la verdad plena de su ser persona.